El premio Nobel de química se ha otorgado este año a Tomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar por haber identificado, a escala molecular, cómo reparan las células el ADN dañado y con ello protegen la información genética. Su trabajo ha proporcionado datos fundamentales sobre el funcionamiento de la célula viva, un conocimiento que puede aplicarse, entre otros fines, para desarrollar nuevos tratamientos contra el cáncer.
Cada día nuestro ADN sufre daños a causa de la radiación ultravioleta, los radicales libres y otras sustancias cancerígenas. Pero incluso sin este tipo de ataques externos, una molécula de ADN resulta inestable de forma inherente. Diariamente el genoma celular experimenta miles de cambios espontáneos. Además, también pueden producirse alteraciones cuando el ADN se replica durante la división celular, un proceso que ocurre varios millones de veces cada día en el organismo humano.
La razón por la que nuestro material genético no sucumbe ante tantos defectos químicos se debe a los numerosos sistemas moleculares que controlan y reparan sin cesar el ADN. El Nobel de química se ha concedido este año a tres científicos pioneros que han determinado cómo funcionan algunos de estos sistemas de reparación a escala molecular.
A principios de la década de 1970, los científicos creían que el ADN era una molécula extremadamente estable. Pero Tomas Lindahl demostró que la molécula se desintegra a tal ritmo que tal hecho habría hecho imposible la proliferación de la vida en la Tierra. Esta visión le llevó a descubrir una maquinaria molecular, la reparación por escisión de bases, que evita de forma constante el colapso de nuestro ADN.
Aziz Sancar ha descrito la reparación por escisión de nucleótidos, el mecanismo que utilizan las células para recomponer el ADN dañado por los rayos UV. Las personas que nacen con defectos en este sistema de reparación desarrollarán cáncer de piel si se exponen a la radiación solar. La célula utiliza también la reparación por escisión de nucleótidos para corregir defectos causados por sustancias mutagénicas, entre otras cosas.
Paul Modrich ha demostrado cómo la célula corrige los errores que se producen cuando el ADN se replica durante la división celular. Este mecanismo, la reparación de apareamientos erróneos, reduce en unas mil veces la frecuencia de errores durante la replicación del ADN. Los defectos congénitos en este sistema de reparación causan, por ejemplo, una variante hereditaria de cáncer de colon.
Fuente: InvestigaciónYCiencia