Científicos han logrado generar una estructura que ayudará a entender cómo se forma la vida.
Por primera vez en la historia, un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge (EE. UU.) ha conseguido desarrollar un embrión artificial de ratón en laboratorio con células madre. Aunque es poco probable que acabe convirtiéndose en un feto sano, este hito científico servirá para entender cómo se forma la vida y para explicar por qué más de 2 de cada 3 embarazos acaban terminando en aborto.
Para conseguirlo, los investigadores emplearon una combinación de células madre embrionarias y extraembrionarias en un andamio 3D para que estas proliferaran.
Las células madre embrionarias se agrupan dentro del embrión y las otras, por un lado forman la placenta y por otro crean el saco vitelino para que los órganos del feto se desarrollen correctamente. La clave en este complejo proceso está en que el desarrollo temprano del embrión necesita que los diferentes tipos de células se coordinen estrechamente entre sí, comentan los autores.
Sin embargo, para la investigación actual, los expertos utilizaron una combinación de células madre embrionarias genéticamente modificadas y de células madre trofoblásticas extraembrionarias adosadas a un andamio 3D, conocido como matriz extracelular. El embrión artificial de ratón resultante, se parece mucho a uno real.
“Tanto las células embrionarias como extraembrionarias comienzan a ‘hablar’ entre sí y se organizan en una estructura que se parece y se comporta como un embrión. Sabíamos que las interacciones entre los diferentes tipos de células madre eran importantes para el desarrollo, pero lo sorprendente es que ahora hemos visto que se trata de una verdadera asociación; estas células realmente se guían mutuamente. Sin esta asociación, el desarrollo y la actividad de los mecanismos biológicos clave no se llevaría a cabo correctamente”, explica explica Magdalena Zernicka-Goetz, líder del trabajo.
Al comparar el embrión artificial con un embrión natural, vieron que el primero siguió el mismo patrón de desarrollo que el segundo. En opinión de los investigadores, “creemos que será posible imitar muchos de los eventos que ocurren antes de los 14 días de desarrollo usando células embrionarias y extraembrionarias humanas con un enfoque similar al que hemos usado con las células madre de ratón. Esto nos permitirá estudiar los acontecimientos clave de esta etapa crítica sin tener que trabajar realmente con embriones y saber más sobre por qué a menudo el desarrollo humano falla en esa fase”, sentencia Zernicka-Goetz.
El estudio ha sido publicado en la revista Science.
Fuente: Muyinteresante.es